En esta serie, el cuerpo femenino es el único protagonista. No se busca una representación figurativa de éste sino que lo que se pretende es crear un todo, una multiplicidad de cuerpos que se entrelazan y se relacionan no sólo entre ellos sino también con la superficie del lienzo. A partir de la superposición de una serie de poses estáticas (sacadas de apuntes tomados de modelo del natural), se crea un conjunto en movimiento, como si se tratase de una serie de instantáneas de un mismo cuerpo que se mueve por el espacio.

Lucia Risueño. Lucia Risueño obra.

Ya no son los soportes los que se combinan sino que se busca crear esa sensación en una misma superficie bidimensional, en la que la pintura, a través de la oposición formal de unidades (individualidades corporales), cree una multiplicidad consolidada bajo una serie de fuerzas visuales generadas sobre el plano, tensiones, ritmo y equilibrio, relaciones de línea y color, dejándose de lado la representación más tradicional del cuerpo humano basada en el volumen o en la relación figura-fondo. Las figuras no se mueven en ningún escenario recreado, sino que es mediante la superposición de los cuerpos que se crea el espacio por donde transitan.

Lucia Risueño. Lucia Risueño obra.Lucia Risueño. Lucia Risueño obra.